CARTA DEL CONSILIARIO DE FORMACIÓN INVITÁNDONOS A PARTICIPAR EN LAS CONFIRMACIONES DE ESTE VIERNES
"Ante todo, nuevamente saludos a todos y a cada uno de los hermanos y hermanas de nuestra queridísima Hermandad de las Aguas.
Como bien sabéis, durante el tiempo que llevo de Consiliario de Formación, todo mi afán, todo mi empeño y preocupación está siendo que vayamos a la fuente, al manantial de nuestro ser cristiano y cofrade. Por eso el lema que escogí como inspiración lo tomé de San Pablo: “¡Hijos míos!, por quienes sufro de nuevo dolores de parto, hasta ver a Cristo formado en vosotros” (Ga 4, 19). Y es que ser hermano de Las Aguas conlleva “sentirse persona que ha aceptado consciente y libremente la fe cristiana” nos dice nuestra Regla 7ª que abre el Título Segundo: Espiritualidad de la Hermandad. Por hacernos hermanos de las Aguas, hemos puesto nuestras vidas del todo en las Manos de Dios y por ello “todos nuestros esfuerzos –nos dice nuestra Regla 9ª- tenderán a conocer a Cristo cada día mejor y a imitarle siguiendo sus huellas y amoldándose a su imagen”. Y más adelante, en la Regla 11ª se nos afirma con rotundidad: “La espiritualidad que define a nuestra Hermandad está centrada en Jesucristo crucificado, sabiduría de Dios, que se nos muestra como el manantial que nos trasmite el Agua viva del Espíritu Santo”. Y más adelante en la misma Regla 11ª se nos dice: “Nuestro hermano encontrará en la Madre de Jesús y nuestra en sus tres advocaciones del Rosario, Mayor Dolor y Guadalupe, el mejor modelo de cómo asociarse a la obra salvífica de su divino Hijo, por medio de la radical fidelidad a la voluntad de Dios sobre nuestras vidas”.
¡Menudo programa de vida tenemos permanentemente los hermanos por delante! Y todo ello para vivirlo, para sentirlo vitalmente en nosotros, para convertirlo en obras y poder así trasmitirlo y compartirlo con todos los que nos rodean, como la única y verdadera razón que le da sentido a nuestras vidas.
Esto es lo que estoy intentando en la página web de nuestra hermandad con mis comentaros “En voz alta” a las Reglas, una a una, del Título Segungo: Espiritualidad de la Hermandad. Y lo hago así porque en ellas se recoge el espíritu que debe animar a los hermanos y cuyo significado bellamente recoge nuestra Regla 11ª: “El Título del Santísimo Cristo de las Aguas nos recuerda las palabras de Jesús que le dan su verdadero significado: “El que tenga sed, que venga a mí, el que crea en mí que beba. De sus entrañas manarán torrentes de agua viva. Decía esto refiriéndose al Espíritu que habían de recibir los que creyesen en Él” (Jn 7, 37-39).
Si nos llamamos, pues, Hermandad de las Aguas, es porque en el Agua Viva que brota del costado de Cristo Nuestro Señor, y que estamos invitados a beber, se nos entrega el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo. El Espíritu prometido, abogado, paráclito, animador y santificador de nuestro ser cristiano y cofrade.
Y os preguntaréis, ¿Por qué reflexiono en voz alta con vosotros todo esto?
Porque el próximo Viernes 18 de octubre, en la misa de la Hermandad a las 20:30 hs. vamos a ser testigos de un hecho maravilloso que viviremos juntos en nuestra Capilla del Rosario, en este mes de octubre tan destacado para nosotros. Nuestro Vicario Episcopal de la Zona Centro, D. Jesús Maya Sánchez, -acompañado de nuestro párroco y director espiritual D. Adolfo Petit- dará, con la Imposición de las Manos y la Unción del Santo Crisma en la frente, el Sacramento de la Confirmación a cuatro jóvenes de nuestra Hermandad que se han preparado con esmero e ilusión para recibirlo. Este acontecimiento adquiere para todos nosotros un enorme significado espiritual que debemos acoger con profunda veneración y alegría. La celebración de los sacramentos, siempre actualiza y hace presente entre nosotros la presencia sanadora de Jesús que sale a nuestro encuentro. La Confirmación es el sacramento de la responsabilidad y el compromiso cristianos. Recibimos en él la fuerza del Espíritu Santo para –como en Pentecostés- ser sus testigos en medio del mundo– “Vosotros sois la sal de la tierra (…) vosotros sois la luz del mundo” (Mt 5, 13-16) Por ello, por su enorme significado, traeremos expresamente a nuestra capilla desde nuestra parroquia del Sagrario, el Cirio Pascual bendecido el Sábado Santo en la Vigilia Pascual, para que nuestros hermanos confirmandos enciendan en él sus velas y hagan pública su profesión de fe y compromiso cristiano.
Hermanos, por el enorme significado que tiene el Espíritu Santo en nuestra Hermandad y porque no pase desapercibido este acontecimiento, os invito a que asistáis y participéis con nuestros hermanos confirmandos de su gozo espiritual y así poder renovar también nosotros nuestro compromiso cristiano y cofrade".
Javier Bermúdez Aquino
Consiliario de Formación