DICIEMBRE, MES DE GUADALUPE

Diciembre, ese mes de suma importancia para todos los cristianos, en la dulce espera de la llegada de otra familiar Navidad, se hace especialmente relevante para todos aquellos que llevamos a gala nuestro sentimiento por la Santísima Virgen María y que adoramos bajo la universal y sin par advocación de GUADALUPE.
Los hermanos de Las Aguas estamos llamados a vivir nuestro adviento particular, de forma profunda y entrañable, pues no existe mejor forma de esperar a Cristo que permaneciendo al lado de su bendita Madre.
Faro, luz, cimiento y fuerza de nuestras vidas, Guadalupe es la grandeza universal de la madre que no cesa en el cuidado de su prole, como guio al indio Juan Diego, hoy elevado a los altares de la memoria cristiana, para divulgar la hermosura de su ternura maternal, escenificada en unas rosas sin espinas que llegaron del cerro de Tepeyac a nuestro Barrio del Arenal.
Como si se tratase de un mayo frío y tardío, ha comenzado nuestro particular mes de María, recordando a todos los hermanos y devotos de Las Aguas nuestro fiel compromiso como hijos, esperando la llegada de días tan señalados al lado de nuestra Madre.
Así sea.