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RESUMEN DEL MES DEL ROSARIO (I). CARTELES Y CULTOS

Con un comienzo incierto, la lluvia nos privó de la celebración de la IV edición de la Velá en honor a Nuestra Señora del Rosario y, con ella, las sorpresas preparadas para tan señalado año. Eso sí, nos dejó el bellísimo cartel pintado por el Prioste de la Hermandad, Don Fernando Trigo del Bosch.
Es licenciado en Bellas Artes, imparte clases de restauración en la Universidad de Sevilla y entre su destacadas obras podemos disfrutar la restauración del Ángel procesional de la Corporación, trabajo compartido con la también licenciada Doña Gracia Sallés Silva.
Con su habitual generosidad, en este año quiso regalar una pintura al óleo para anunciar la fallida edición de las mencionadas fiestas vecinales.

Los cultos a Nuestra Señora del Rosario, si que se pudieron realizar con la dignidad imprescindible que debe revestir todo acto en torno a Nuestra Titular letífica. Igualmente, en esta ocasión también de eligió una pintura de Doña Dora Cruz para anunciar tan importantes cultos.
Al contrario del Sr. Trigo, Doña Dora Cruz es autodidacta, especializada en el mundo del retrato, pero con evidente dotes pictóricas para realizar bellos cuadros como el prsent, que también ha ilustrado la papeleta de la procesión del Rosario.
Unos cultos brillantes, sin lugar a dudas, a la altura del importante año que esta Real Hermandad y Archicofradía tenía por delante. Un mes del Rosario en auge, como valedores de una herencia devocional de siglos de vida en el barrio del Arenal.
BRILLANTE DÍA DE CONVIVENCIA EN LA CAPEA BENÉFICA DE LA HERMANDAD DE LAS AGUAS

Las cinco de la tarde marcaba en el reloj, como establecen los cánones más clásicos, cuando se dio la orden para que se abriera el cerrojo de los sustos...y de las risas. El propietario de la Hacienda la Moharra, de torilero improvisado, le abrió camino a una negra vaquilla de buena condición, cuando llego uno de los momentos estelares del día.
El maestro Rafael Torres, aquel que en su juventud abriera la Puerta del Príncipe para ganarse un lugar en la fiesta, volvía a agarrar un capote en público para dar unas lecciones de tauromaquia con clase y torería. Paró y templo la vaquilla, para darle dos series de verónicas rematada con una media de esas que siguen latiendo en la plaza cuando todo ha terminado. La banda agarraba los instrumentos a sabiendas de lo que se estaba viviendo, pero nuestro Diputado Mayor de Gobierno, cual Pepín Tejera, se hacía de rogar.