...Y DE NUEVO, LUNES SANTO
Un año ha pasado desde aquel amargo Lunes Santo en el que la inestabilidad meteorológica se impuso como invitado no deseado, para cercenar las ilusiones de ciento de hermanos que no pudieron realizar la Estación de Penitencia en cumplimiento de nuestra tradición mas arraigada.
Un año de trabajo, de esfuerzo, de momentos de toda índole y condición que han desembocado, tras una frenética cuaresma, en una nueva mañana de Lunes Santo; pero el destino ha querido que un año mas tarde volvamos a terciar la mirada hacia el cielo, tras una desilusionante jornada de Domingo de Ramos, ante la incertidumbre meteorológica.
Con la misma ilusión de siempre, el hermano de Las Aguas volverá a cumplir con el rito heredado de sus antepasados. Nuevamente vestira su túnica blanca, se ceñirá en su esparto, se cubrirá con el antifaz penitencial morado y emprendrerá el camino hacia la Capilla, fiel a la cita con sus Sagrados Titulares.
La cera está esperando la llama que le de calor, la flor se ha abierto para lucir sus mejores pétalos, las Reales Atarazanas aguardan la necesaria vida que durante un año se le ha visto negada, las bambalinas anhelan el momento en el que la cuadrilla de costaleros le den el empuje necesario para estrecharse en tan sevillana simbiosis con los varales del palio...El resto, no está en nuestras manos. Él, Cristo, será quien dictamine cual será nuestra penitencia este año.
En cualquiera de los casos, feliz Estación de Penitencia, hermanos.