El principal objetivo de la obra es destacar la advocación del Rosario de la Santísima Virgen María, por ello tan solo se centra la atención en la representación del Rosario, objeto que tantas veces utilizamos como medio para rezarle. Éste es portado por las manos del Niño Jesús. La Virgen María como trono de Cristo,y Cristo abrazando su propio sacrificio, que no es menos que la muerte en la Cruz, Cruz con la que se remata todo Santo Rosario, en este caso, como curiosidad aparece la imagen del Santísimo Cristo de las Aguas.

Este simbolismo del Niño Jesús abrazando el Santo Rosario donde aparece la imagen del Santísimo Cristo de las Aguas representa la fusión de la antigua Hermandad de las Aguas con la Hermandad del Rosario asentada en el sevillano barrio del Arenal.

Dicho barrio es representado en el tono terroso de las líneas que trazan en vertical toda la obra entre las que se encuentra ilustrada la Capilla donde se encuentran actual mente las dos Hermandades y sobre ésta el culmen de la fusión,el actual escudo corporativo.

Ricardo Gil tiene 19 años y se encuentra cursando Bellas Artes en la Universidad de Sevilla. Compaginando sus estudios, trabaja para numerosos encargos que le hacen llegar particulares, trabajando el dibujo a grafito, la pintura y la escultura, ésta última su principal interés en el mundo de las Artes.