Mañana domingo se celebrará Solemne Eucaristía de Toma de Posesión de la nueva Junta de Gobierno y con ello se abrirá un nuevo e ilusionante periodo en nuestra Real Hermandad y Archicofradía, para seguir labrando un prometedor futuro en torno a Cristo. Atrás, sin embargo, han quedado cuatro años de intenso trabajo y de innumerables sensaciones para guardar en ese rincón del alma donde se atesoran los recuerdos.

 

De luces y sombras está la historia llena. No soy yo quien deba juzgar la labor de este mandato ya que es el tiempo el juez inexorable que sentencia desde la lejanía, sin embargo, hablo en nombre de mis compañeros cuando digo que cada uno de los oficiales de Junta de Gobierno ha actuado siempre pensando en el bien de la Hermandad, por más que los humanos erremos, desviviéndonos en colocar el nombre de Las Aguas a la altura que sus hermanos merecen.

 

Si bien la tarea ha sido ardua, el trabajo se simplifica cuando se realiza junto a tan excelente grupo humano. El compañerismo y la cohesión de esta Junta de Gobierno han conseguido revertir los momentos difíciles en una labor amena, distendidos Cabildos y lazos de amistad para ofrecerla a Dios nuestro Señor con ferviente espíritu de hijos.

 

Aunque muchos miembros de Junta repiten como Oficiales en este nuevo mandato, supone, sin duda alguna, el final de una etapa para la Corporación y muy especialmente para quienes continuaremos en la vida de Hermandad desde una segunda fila, desde la que los hermanos también debemos aportar y trabajar en la búsqueda de una comunidad cada vez mas firme y fuerte.

 

Sea como fuere, esta Secretaria se despide de todos vosotros sin dejar pasar la oportunidad de agradecer a tantos como habéis ayudado a llevar a la Hermandad a casa de todos, con vuestro trabajo, con vuestras ideas o con vuestro simple aliento. 

 

Nuestro objetivo ha sido el de ser puente entre la Hermandad y sus hermanos. Un humilde vehículo para haceros partícipes del día a día de nuestra Corporación, multiplicando la información y cuidando los aspectos administrativos de la misma, siendo esto posible gracias a la confianza de nuestro Hermano Mayor, Antonio Arrondo y al enorme trabajo, la perseverancia y la indiscutible lealtad que he recibido de la Secretaria 2ª, Gracia Sallés Silva.

 

Muy agradecido a todos por dejarme poner mi trabajo y cariño al servicio de la Hermandad, sirva esta última comunicación para dar la bienvenida a quienes están llamados a forjar un nuevo ciclo en Las Aguas, que deberán hacerlo con verdadero sentido de Iglesia.

 

El final siempre es el principio. Así, nuevos proyectos e ilusiones se abren paso en un esperanzador futuro. Que así sea.

 

Atentamente,

 

Gonzalo Franco Cía.

Secretario 1º.